Fiestas en honor a Santa Bárbara, San Roque y San Cristóbal
La villa celebra sus fiestas principales en honor a San Cristóbal, Santa Bárbara y San Roque, históricamente los días 10, 11 y 12 de Julio. En la actualidad suelen celebrarse durante la tercera semana del mes de Julio, para dar oportunidad a sus vecinos de que conozcan la ‘Vaquilla de Teruel’ porque durante muchos años las gentes mayores de Valdelinares y la Comarca no conocían este festejo.
Las fiestas patronales celebran una procesión tradicional con un estricto protocolo: En primer lugar, la Cruz, porteada por un monaguillo, seda de los niños, detrás los estandartes y guiones, después los hombres en dos filas. A continuación, ls imágenes de los Santos (Cristóbal, Bárbara y Roque) y, la Virgen del Pilar, siendo el último el santo cuya onomástica se celebra, haciéndole los honores el clero y las autoridades (alcalde, concejales, juez de paz y comandante de la Guardia Civil. Cierran la procesión la banda de música, la comitiva y las mujeres. Las procesiones tenían diferentes itinerarios, el día 10 San Cristóbal, por el callejón de Simón, la calle de Sol, la calle Hispano-América, plaza de la Raza y plaza de la Iglesia. El día 11 Santa Bárbara, por la calle Teruel, Virgen del Pilar, vuelta por el Loreto y regreso por el mismo sitio. El día 12 San Roque, por calle Teruel, calle la Iglesia y callejón de Simón.
Después, de los recorridos se bandean las campanas y era costumbre al finalizar la procesión ofrecer un vino de honor al clero, autoridades y colaboradores que, actualmente, se ha extendido a todos los que deseen acudir.
Toro embolado
Junto con las ceremoniales profesiones en Valdelinares se disfruta de la suelta de vaquillas que, los maletillas y toreros noveles aprovechan para torear a las más bravas y se celebran ‘las noches de toro embolao’. Embolar a un toro consiste en colocarle en las astas un par de bolas de material combustible, evitando el contacto del fuego con el animal. Para ello, las calles de Valdelinares se cierran con maderas delimitando un recorrido y permitiendo la escapatoria de los valientes que salen a recorrerlo.
La cultura del toro es algo muy típico y arraigado en todos los pueblos de la Comarca. El origen de esta fuerte tradición de embolar los toros, se remonta a una estrategia puesta en práctica por Jaime I el Conquistador en su azares por la conquista de Sagunto de domino árabe. Según se cuenta, las tropas del rey ocupaban la orilla izquierda del Rio Mijares y para desalojar a los moros que dominaban la otra orilla se les ocurrió colocar haces de leña prendida en la testuz de una manada de toros bravos.
En la Comarca, destaca la modalidad del toro jubillo, de Rubielos, en el que las bolas se insertan en un yunguete, se embadurna al toro con barro, se le colocan cascabeles y las calles sustituyen la luz de los faroles por otra aún más tenue de teas encendidas.